miércoles, 28 de septiembre de 2011

Medio Ambiente se encarga a partir de octubre del Centro de Recogida Neumática

La ciudad de Burgos estará de estreno en los próximos meses y no solo por la puesta en marcha de dos nuevos tramos del bulevar ferroviario - el que une El Carmen con Cellophane y el que comunica Fuente Prior y Gamonal-. El Centro de Recogida Neumática de Residuos Sólidos Urbanos comenzará a funcionar a finales de este mismo año, aunque previamente -en octubre- está prevista la recepción de estas instalaciones.
 Y es que, la obra, una vez finalizada, pasa de las manos del área de Fomento del Consistorio a las de Medio Ambiente, según explica el vicealcalde de Burgos y edil de Urbanismo, Ángel Ibáñez. Aquí es donde comienza a intervenir la concejal encargada del macro área de Desarrollo Sostenible, Carolina Blasco.
La edil popular matiza que en la actualidad están «analizando el modelo de gestión más adecuado», y que para ello tienen en cuenta «las labores adicionales a realizar»; unos trabajos que, según puntualiza, «no se diferencian de la actual recogida de basuras de la ciudad». No en vano, aunque la explotación de la instalación será asumida por el Ayuntamiento capitalino, los trabajos los realizará Semat, la empresa que se encarga de las labores de limpieza.

Tal y como remarca la edil de Medio Ambiente, es necesario realizar «pruebas conjuntas en buzones, válvulas y central», de ahí que «el inicio efectivo de funcionamiento pueda ser, si se cumplen los plazos de recepción, a finales de año».
A partir de ese momento el Centro de Recogida Neumática de Residuos, ubicado en el barrio de San Pedro y San Felices, nace con la previsión inicial de dar servicio a unos 2.000 vecinos de esta zona en continua expansión. Con la puesta en marcha de estas instalaciones la recogida de los residuos se realizará mediante un sistema de succión de aire. Una vez que los vecinos afectados hayan depositado la basura en los buzones específicos. Estos residuos se desplazarán por tuberías subterráneas de 50 milímetros de diámetro que comunican los buzones con la Central de Recogida.
Una vez en estas instalaciones «todo funciona automáticamente», sostiene Blasco. Y es que, el programa establecido determina la apertura de las válvulas de cada uno de los buzones y el contenedor donde tienen que depositarse los residuos. Una vez llenos los contenedores son transportados a la planta de selección y compostaje. La central de recogida dispone de desodorización del aire para asegurar que no se transmite ningún olor al exterior.
Correo de Burgos

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